Esguince de tobillo interno: Todo lo que necesitas saber y cómo tratarlo

El esguince de tobillo interno es una lesión causada por la rotación hacia adentro del tobillo con el pie hacia afuera. Esto provoca un estiramiento y desgarro de los ligamentos de la parte interna del tobillo. Aunque menos común que el esguince externo, requiere una atención adecuada para evitar complicaciones. Conocer sus causas, síntomas y tratamientos es esencial para una recuperación efectiva.

¿Qué es el esguince de tobillo interno?

Definición del esguince de tobillo interno

El esguince de tobillo interno es una lesión ocasionada por el estiramiento y desgarro de los ligamentos internos del tobillo debido a una rotación hacia adentro del pie. Esta lesión puede causar dolor e inflamación en la zona afectada.

Diferencias entre esguince de tobillo interno y externo

  • El esguince de tobillo interno se produce cuando el tobillo gira hacia adentro, mientras que el esguince externo ocurre cuando el tobillo se dobla hacia afuera.
  • Los ligamentos afectados en el esguince interno son diferentes a los del esguince externo, lo que puede implicar variaciones en los síntomas y enfoques de tratamiento.

Importancia del tratamiento adecuado

Es crucial identificar y tratar correctamente el esguince de tobillo interno para prevenir complicaciones a largo plazo. Un tratamiento adecuado puede favorecer la recuperación y reducir el riesgo de secuelas a nivel articular.

Partes del tobillo interno

El tobillo interno está compuesto por una compleja red de ligamentos que brindan estabilidad y movilidad a la articulación. El ligamento deltoideo, siendo uno de los principales, es un conjunto de ligamentos que se extienden desde el maléolo medial de la tibia hacia varias estructuras óseas del pie, incluyendo el astrágalo, el calcáneo y el navicular. Su función es fundamental para la integridad del tobillo, ya que limita el movimiento excesivo de valgo y la rotación interna del pie.

Los ligamentos que conforman el ligamento deltoideo son el tibioastragalino anterior y posterior, el tibionavicular y el tibiocalcáneo. Estos componentes trabajan conjuntamente para prevenir los desplazamientos laterales del pie y absorber los impactos que ocurren durante la marcha o al realizar actividades deportivas. Su integridad es esencial para mantener un correcto alineamiento y movimiento del tobillo interno.

El maléolo medial, prominencia ósea de la tibia en la parte interna del tobillo, sirve como punto de anclaje para el ligamento deltoideo. Esta prominencia ósea no solo es palpable y visible, sino que también es una pieza clave en la biomecánica del tobillo. Al ser parte de la articulación, el maléolo medial es susceptible a sufrir lesiones por impactos o movimientos forzados, como los que ocurren en un esguince de tobillo interno.

El hueso astrágalo es otro componente vital del tobillo interno. Se encuentra situado entre la tibia, el peroné y el calcáneo, y juega un papel importante en la conexión de la pierna con el pie. El astrágalo permite los movimientos de dorsiflexión y plantiflexión del pie, y junto con los ligamentos deltoideos, soporta la carga del cuerpo durante el apoyo en el ciclo de la marcha.

Finalmente, el calcáneo o talón es el mayor de los huesos del pie y forma parte de la articulación subtalar. Los ligamentos que conectan el calcáneo con el maléolo medial y el astrágalo son fundamentales para la estabilidad lateral del pie. En un esguince de tobillo interno, la integridad de estas estructuras puede verse comprometida, haciendo crucial un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para preservar la funcionalidad del tobill

Partes del tobillo - Esguince de tobillo interno

Causas y mecanismos del esguince de tobillo interno

El esguince de tobillo interno puede ser resultado de diferentes situaciones que afectan los ligamentos internos del tobillo. La comprensión de las causas y mecanismos involucrados es fundamental para el tratamiento adecuado de esta lesión.

Mecanismo de lesión

  • El esguince de tobillo interno se produce comúnmente cuando el pie gira hacia afuera, causando un estiramiento excesivo de los ligamentos internos. Este movimiento forzado puede provocar desgarros y lesiones en dichos ligamentos.

Factores de riesgo

Actividades deportivas

  • Las actividades deportivas que involucran cambios bruscos de dirección, saltos o movimientos de torsión aumentan el riesgo de sufrir un esguince de tobillo interno. Deportes como el baloncesto, fútbol o voleibol son propensos a este tipo de lesiones.

Factores anatómicos

  • Algunas personas pueden tener una disposición anatómica que los predispone a sufrir esguinces de tobillo internos con mayor facilidad. Factores como la laxitud ligamentosa o el tipo de pie pueden influir en la vulnerabilidad de los ligamentos.

Factores ambientales

  • El tipo de superficie en la que se practica la actividad física puede influir en el riesgo de esguince de tobillo interno. Superficies irregulares o resbaladizas aumentan la probabilidad de sufrir este tipo de lesiones debido a la falta de estabilidad del pie.

Ligamentos afectados en el esguince de tobillo interno

El esguince de tobillo interno afecta principalmente a los ligamentos de esta región, los cuales desempeñan un papel crucial en la estabilidad y movilidad del tobillo. A continuación, se describen los principales ligamentos afectados:

Ligamento deltoideo

El ligamento deltoideo es uno de los ligamentos internos más importantes del tobillo. Se encuentra en la parte interna y medial del tobillo, actuando como un fuerte soporte para prevenir la pronación excesiva y la rotación interna del pie.

Otros ligamentos internos

Además del ligamento deltoideo, existen otros ligamentos internos importantes que pueden resultar afectados en un esguince de tobillo interno. Entre ellos se destacan:

  • Ligamento tibioastragalino anterior: El ligamento tibioastragalino anterior es la porción más profunda del ligamento colateral medial de la articulación talocrural (tobillo), unida superiormente al maléolo medial de la tibia e inferiormente a la cara medial del astrágalo
  • Ligamento tibionavicular: El ligamento tibionavicular es la porción anterior de las fibras superficiales del ligamento colateral medial de la articulación talocrural (tobillo), está unido superiormente a la cara anterior del maléolo medial de la tibia e inferiormente al hueso navicular y al borde del ligamento calcaneonavicular.
  • Ligamento tibiocalcáneo: El ligamento tibiocalcáneo es la porción media de las fibras superficiales del ligamento colateral medial de la articulación talocrural (tobillo), está unido superiormente al maléolo medial de la tibia e inferiormente en casi toda la extensión del sustentáculo del astrágalo del calcáneo.
  • Ligamento tibioastragalino posterior: El ligamento tibioastragalino posterior es la porción posterior de las fibras superficiales del ligamento colateral medial de la articulación talocrural (tobillo), se une superiormente a la parte posterior del maléolo medial de la tibia e inferiormente a la cara medial del astrágalo.

Clasificación por grados de esguince de tobillo interno

El esguince de tobillo interno se clasifica en tres grados según la gravedad de la lesión, que van desde leves a más severas.

Esguince de grado I

En este nivel, se produce un estiramiento leve de los ligamentos internos del tobillo, con mínimo o ningún desgarro. El dolor es leve, la hinchazón es moderada y la movilidad del tobillo puede estar algo limitada.

Esguince de grado II

En el esguince de grado II, se produce un desgarro parcial de los ligamentos internos. El dolor es más intenso, la hinchazón es notable y la movilidad del tobillo se ve significativamente afectada.

  • Dolor intenso
  • Hinchazón pronunciada
  • Mayor limitación en la movilidad
  • Hematoma ocasionado por el desgarro de las fibras del ligamento afectado

Esguince de grado III

En el esguince de grado III, se produce un desgarro completo de los ligamentos internos del tobillo. El dolor es intenso, la hinchazón es importante y la articulación es inestable, con gran dificultad para apoyar el peso del cuerpo.

  • Dolor agudo y constante
  • Hinchazón severa y presencia de hematomas
  • Inestabilidad articular evidente

Signos y síntomas del esguince de tobillo interno

El esguince de tobillo interno presenta una serie de signos y síntomas que pueden variar en intensidad dependiendo de la gravedad de la lesión. Es importante reconocer estos indicadores para un adecuado diagnóstico y tratamiento.

Dolor y sensibilidad

Uno de los primeros síntomas que se experimentan tras un esguince de tobillo interno es el dolor agudo en la zona afectada. Este dolor puede aumentar al caminar o al intentar mover el tobillo. La sensibilidad al tacto también es común, manifestándose como una molestia al presionar la zona lesionada.

Hinchazón y edema

La hinchazón y el edema son signos característicos de un esguince de tobillo interno. Se produce un aumento de volumen en la zona lesionada debido a la acumulación de líquido y sangre. La inflamación puede dificultar la movilidad y causar molestias adicionales.

Restricción en la movilidad

La restricción en la movilidad del tobillo es otro indicador de un esguince de tobillo interno. La articulación afectada puede presentar dificultades para realizar movimientos normales, como flexionar o extender el pie. Esta limitación en la movilidad suele estar acompañada de rigidez en la zona.

Inestabilidad articular

La inestabilidad articular es un síntoma común en los esguinces de tobillo interno de grado II o III. Se manifiesta como una sensación de falta de soporte en el tobillo, lo que puede provocar episodios de inestabilidad al caminar o al realizar actividades físicas. La sensación de ‘inseguridad’ o ‘dar de sí’ en el tobillo es frecuente en estos casos.

Diagnóstico del esguince de tobillo interno

El diagnóstico del esguince de tobillo interno es fundamental para determinar la gravedad de la lesión y establecer un plan de tratamiento adecuado. En esta sección se describen los métodos de evaluación clínica y las pruebas de imagen que los profesionales de la salud utilizan para diagnosticar esta afección.

Evaluación clínica

La evaluación clínica del esguince de tobillo interno implica un examen físico detallado para evaluar la sintomatología y la funcionalidad del tobillo afectado. El especialista realizará pruebas específicas para determinar la gravedad del esguince y descartar posibles complicaciones.

Pruebas de imagen

  • Resonancia magnética nuclear (RMN): La resonancia magnética nuclear es una técnica de imagen avanzada que permite visualizar con detalle los tejidos blandos del tobillo. Es especialmente útil para evaluar el grado de afectación de los ligamentos y determinar la extensión de la lesión en el esguince de tobillo interno.
  • Ecografía: La ecografía es una técnica no invasiva que utiliza ondas sonoras para visualizar estructuras anatómicas. En el caso del esguince de tobillo interno, la ecografía puede ser útil para detectar lesiones en los ligamentos y evaluar su estado la inflamación de los tejidos blandos.

Tratamiento del esguince de tobillo interno

El tratamiento del esguince de tobillo interno es fundamental para una adecuada recuperación y prevención de complicaciones a largo plazo. A continuación se detallan las distintas fases y opciones terapéuticas a considerar:

Fase inicial: Fase inflamatoria

  • Reposo: Es importante dar descanso al tobillo afectado para permitir la recuperación de los tejidos. Aunque dependiendo del grado se aconseja un “reposo relativo” a evaluar por el especialista.
  • Hielo: Aplicar compresas frías reduce la inflamación y alivia el dolor.
  • Baños de contraste: Muy útil en la fase inflamatoria para favorecer la disminución de la inflamación y el aumento de la perfusión sanguínea.
  • Compresión: El uso de vendajes elásticos ayuda a controlar la hinchazón.
  • Elevación: Mantener el pie elevado por encima del nivel de la cadera favorece el drenaje linfático y reduce la inflamación.
  • Fisioterapia: Durante esta fase, el fisioterapeuta puede utilizar diferentes técnicas para promover la recuperación:
    • Terapia manual: Manipulaciones suaves pueden mejorar la movilidad y reducir la rigidez articular.
    • Drenaje linfático: Técnicas de drenaje linfático manual ayudan a reducir la hinchazón y promueven la circulación.
    • Tratamientos avanzados: En casos más complejos, se pueden considerar opciones terapéuticas innovadoras:
      • Terapia con láser: La aplicación de luz láser de baja intensidad puede acelerar la cicatrización de los tejidos.
      • Fisioterapia Invasiva: Técnicas cómo la electrólisis o Neuromodulación ayuda a disminuir el dolor y a acelerar los procesos de regeneración de los tejidos afectados.
      • Osteopatía: Se utiliza la terapia manual para tratar disfunciones que hayan tenido relación directa o indirecta con el esguince de tobillo
      • Cupping Therapy: Cupping Therapy aumenta la perfusión sanguínea y al drenaje linfático del edema.
      • Readaptación Funcional: Ayuda a recuperar los movimientos y la coordinación no sólo del tobillo, si no de la pierna evitando compensaciones y posibles futuras secuelas por una mala recuperación.

Fase de cicatrización: Cicatrización de los tejidos

Continuamos con las técnicas empleadas aumentando la intensidad y realizando más trabajo en el área de la fisioterapia activa y readaptación funcional para que la cicatriz del tejido afectado se consolide y no sea débil, evitando así numerosas recaídas.

Fase de remodelación: Fortalecimiento y vuelta a las actividades de la vida diaria

En esta última fase, no menos importante, pondremos los tejidos lesionados en tensión y a prueba para ir aumentando progresivamente la carga y con ello, que retomen su actividad de forma óptima. Con las estructuras recuperadas, ya la terapia pasiva pierde importancia, salvo en aquellos casos que aún sigan con molestias o secuelas que no se han terminado de recuperar en las fases anteriores. En esta fase nos centraremos en los gestos específicos de la actividad deportiva o diaria que realiza, aumentando la intensidad y realizaremos progresiones en cuanto a la carga centrándonos en la readaptación funcional.

Ejercicios básico de rehabilitación para esguince de tobillo interno en fase inflamatoria

La rehabilitación es fundamental para recuperarse de un esguince de tobillo interno. A continuación, se presentan una serie de ejercicios específicos que ayudarán en la recuperación:

Ejercicios de movilidad

  • Flexión y extensión: Realizar movimientos suaves de flexión y extensión del tobillo para mejorar la movilidad articular.
  • Ejercicios de propiocepción: Actividades que potencian la percepción del cuerpo en el espacio y mejoran la estabilidad del tobillo.

Fortalecimiento muscular

  • Ejercicios con banda elástica: Utilizar bandas elásticas para fortalecer los músculos del tobillo y prevenir futuras lesiones.

Ejercicios de equilibrio

  • Uso de la tabla de equilibrio: Realizar ejercicios de equilibrio en una tabla especial para mejorar la estabilidad y control del tobillo.
  • Trabajo en superficies inestables: Realizar ejercicios en superficies inestables como bosu o pelotas de aire para fortalecer los músculos estabilizadores del tobillo.

Prevención del esguince de tobillo interno

Para prevenir el esguince de tobillo interno, es fundamental seguir medidas adecuadas que ayuden a reducir el riesgo de lesiones. A continuación, se detallan algunas recomendaciones importantes:

Calentamiento adecuado

  • Realizar un calentamiento previo antes de la actividad física ayuda a preparar los músculos y ligamentos para el movimiento.
  • Incluir ejercicios de estiramiento y movilidad articular en la rutina de calentamiento puede mejorar la flexibilidad y la respuesta muscular durante el ejercicio.

Uso de calzado apropiado

  • Elegir un calzado deportivo adecuado y con buen soporte para el tobillo puede contribuir a mantener la estabilidad y reducir el riesgo de torceduras.
  • Asegurarse de que los zapatos sean de la talla correcta y estén en buen estado es esencial para evitar lesiones por mal ajuste o desgaste.

Técnicas de vendaje y sujeción

  • En caso de antecedentes de esguinces de tobillo, se puede considerar el uso de vendajes funcionales o soportes elásticos para brindar una mayor estabilidad articular durante la actividad física.
  • Consultar con un especialista en traumatología deportiva o fisioterapia para obtener recomendaciones personalizadas sobre técnicas de vendaje específicas.

Importancia de la fuerza muscular

  • Realizar ejercicios de fortalecimiento de los músculos de la pierna y el pie, especialmente los músculos estabilizadores del tobillo, puede ayudar a prevenir lesiones y mejorar la resistencia ante situaciones de riesgo.
  • Incluir ejercicios de equilibrio y propiocepción en la rutina de entrenamiento puede contribuir a mejorar la estabilidad y la coordinación, reduciendo así el riesgo de esguinces.

Complicaciones a largo plazo y manejo del esguince de tobillo interno

Inestabilidad crónica

La inestabilidad crónica del tobillo puede desarrollarse como consecuencia de un esguince mal tratado o no rehabilitado adecuadamente. Se manifiesta como sensación de «darse» el tobillo repetidamente, lo que aumenta el riesgo de nuevas lesiones y afecta la calidad de vida.

Artrosis postraumática

La artrosis postraumática del tobillo es una complicación degenerativa que puede surgir tras un esguince grave. Se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, dolor, inflamación y rigidez en la articulación, afectando la movilidad y la funcionalidad del tobillo.

Estrategias de manejo

Para prevenir y tratar las complicaciones a largo plazo del esguince de tobillo interno, se recomienda un enfoque integral que incluya seguimiento médico y programas de ejercicios específicos, tanto para fortalecer la musculatura como para mejorar la estabilidad y la funcionalidad del tobillo.

Seguimiento

  • Consultas regulares con un especialista en traumatología o fisioterapia para evaluar la evolución de la lesión.
  • Revisión periódica mediante pruebas de imagen para controlar posibles cambios en la articulación.

Programa de ejercicios de mantenimiento

  • Ejercicios de movilidad, fortalecimiento y equilibrio supervisados por un profesional de la salud.
  • Inclusión de actividades de bajo impacto para mantener la funcionalidad del tobillo y prevenir recaídas.

Servicios y tratamientos disponibles en nuestra clínica especializada en Málaga

En nuestra clínica Sinergia Innovación especializada en Fisioterapia, ubicada en Málaga, nos dedicamos a ofrecer tratamientos avanzados y personalizados para una variedad de condiciones musculoesqueléticas, con un enfoque especial en el tratamiento del esguince de tobillo interno. Empleamos técnicas de vanguardia para garantizar una recuperación efectiva y personalizada.

Nuestras Técnicas Avanzadas Incluyen:

  • Terapia manual: Aliviamos el dolor y mejoramos la movilidad mediante manipulación directa.
  • Cupping therapy: Técnica alternativa que utiliza ventosas colocadas en la piel para crear succión con el fin de mejorar la circulación y aliviar el dolor muscular.
  • Readaptación: Proceso de rehabilitación diseñado para restaurar las capacidades físicas y funcionales de una persona después de una lesión o enfermedad.
  • Fisioterapia invasiva: En las que incluimos diferentes técnicas y abordajes como la electrólisis y neuromodulación.
  • Vendaje Neuromuscular: Proporcionamos soporte y estabilidad al tobillo lesionado con vendajes especializados.

Enfoque personalizado en la rehabilitación: Cada paciente recibe un programa de rehabilitación adaptado a sus necesidades específicas, que incluye:

  • Evaluación inicial completa: Para comprender la gravedad de la lesión y diseñar un plan de tratamiento adecuado.
  • Ejercicios terapéuticos personalizados: Para fortalecer el tobillo y mejorar la flexibilidad.
  • Seguimiento y ajustes continuos: Para monitorear el progreso y maximizar los resultados.
  • Asesoramiento y educación del paciente: Para prevenir futuras lesiones y promover el autocuidado.

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