
La tendinitis en el brazo es una afección común que puede causar un dolor significativo y limitar considerablemente tu capacidad para realizar actividades cotidianas, desde las tareas laborales más simples hasta tus pasatiempos favoritos. Si estás experimentando molestias en tu brazo, como dolor al moverlo, sensibilidad en ciertas áreas o una sensación de debilidad, es posible que te enfrentes a una tendinitis. Entender esta condición es el primer paso crucial hacia la recuperación.
En este artículo, te guiaremos a través de una exploración completa de la tendinitis del brazo. Abordaremos en detalle qué es exactamente, cuáles son sus causas más frecuentes y los factores que podrían aumentar tu riesgo de padecerla. Describiremos los síntomas característicos para que puedas identificar si lo que sientes podría corresponderse con esta patología. Además, te explicaremos cómo realizamos el diagnóstico en nuestra clínica, qué pruebas podríamos necesitar y, lo más importante, cuáles son las opciones de tratamiento integral que ofrecemos para aliviar tu dolor y restaurar la funcionalidad de tu brazo. Hablaremos sobre terapias manuales, tecnología avanzada en electroterapia, y programas de ejercicios específicos. Finalmente, te daremos consejos sobre prevención, cuidados ergonómicos y cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda profesional. Nuestro objetivo es que, al finalizar la lectura, tengas una comprensión clara de la tendinitis del brazo y te sientas empoderado para tomar decisiones informadas sobre tu salud.
¿Qué es la tendinitis del brazo?
La tendinitis, en términos generales, se refiere a la inflamación o irritación de un tendón, que son las cuerdas fibrosas y resistentes que unen los músculos con los huesos. Cuando hablamos de tendinitis del brazo, nos referimos a esta condición afectando a uno o varios de los tendones localizados en esta extremidad, que pueden incluir los del hombro (manguito rotador, bíceps), codo (epicondilitis o codo de tenista, epitrocleitis o codo de golfista) o muñeca y mano.
Esta inflamación suele ser el resultado de un estrés repetitivo o una lesión aguda. El tendón afectado se vuelve doloroso, especialmente con el movimiento o al ejercer presión sobre él. Aunque el término «tendinitis» sugiere principalmente inflamación, investigaciones recientes indican que muchos casos crónicos pueden implicar más una degeneración del tendón (tendinosis) que una inflamación aguda. Independientemente de la terminología exacta, el resultado es dolor y disfunción que pueden afectar significativamente tu calidad de vida.
Causas y factores de riesgo
La tendinitis en el brazo puede surgir por diversas razones, a menudo interconectadas. Identificar la causa subyacente es fundamental para un tratamiento efectivo y para prevenir futuras recurrencias.
Sobrecarga y movimientos repetitivos
Esta es una de las causas más comunes. Actividades que implican movimientos repetitivos del brazo, ya sea en el trabajo, en el deporte o durante actividades de ocio, pueden someter a los tendones a un estrés excesivo. Algunos ejemplos incluyen:
- Trabajos que requieren levantar objetos pesados, usar herramientas vibratorias, o realizar movimientos constantes del brazo y la muñeca (como carpinteros, pintores, mecánicos, trabajadores de cadenas de montaje).
- Deportes como el tenis, golf, natación, lanzamiento, o levantamiento de pesas, especialmente si la técnica no es la adecuada o hay un aumento brusco en la intensidad o duración del entrenamiento.
- Actividades cotidianas como usar el ordenador durante muchas horas (especialmente el ratón), tocar instrumentos musicales, o incluso realizar tareas domésticas repetitivas.
La sobrecarga progresiva sin un adecuado descanso y recuperación puede llevar a microtraumatismos en el tendón, que con el tiempo desencadenan la inflamación y el dolor característicos de la tendinitis. También las demandas biomecánicas pueden influir en las tendinopatías.
Lesiones y traumatismos
Una lesión directa o un traumatismo en el brazo también pueden causar tendinitis. Esto puede ser:
- Un golpe directo sobre un tendón.
- Una caída en la que se apoya el brazo de forma brusca.
- Un esfuerzo súbito o un movimiento forzado que sobrepasa la capacidad del tendón.
Aunque una lesión aguda puede iniciar el proceso inflamatorio, si no se trata adecuadamente, puede cronificarse. La respuesta del cuerpo a la lesión es crucial, y factores individuales pueden influir en la recuperación del tendón.
Enfermedades y condiciones asociadas
Ciertas enfermedades sistémicas y condiciones médicas pueden aumentar la predisposición a desarrollar tendinitis, o bien afectar la capacidad de los tendones para repararse. Entre ellas se encuentran:
- Artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias: Estas condiciones causan inflamación generalizada en el cuerpo, que puede afectar a los tendones.
- Diabetes: Las personas con diabetes pueden tener alteraciones en el colágeno, el componente principal de los tendones, haciéndolos más susceptibles a lesiones.
- Trastornos de la tiroides: Problemas tiroideos pueden influir en el metabolismo y la salud de los tejidos conectivos.
- Edad: Con el envejecimiento, los tendones experimentan una serie de cambios que los hacen más susceptibles a desarrollar tendinopatías. Estos cambios incluyen la pérdida de elasticidad debido a alteraciones en la estructura del colágeno, así como una disminución del flujo sanguíneo, lo que reduce su capacidad de reparación (PMC20308995).
- Factores genéticos: Puede existir una predisposición genética a tener tendones menos resistentes.
Síntomas y signos clínicos
Los síntomas de la tendinitis del brazo pueden variar en intensidad y localización dependiendo del tendón específico afectado y de la gravedad de la condición. Sin embargo, algunos signos son comunes:
Dolor localizado y sensibilidad
El síntoma principal es el dolor, que generalmente se describe como:
- Un dolor sordo y persistente en el área del tendón afectado.
- Dolor agudo al mover el brazo o realizar actividades que involucren ese tendón.
- Sensibilidad al tacto: el área sobre el tendón inflamado puede ser muy sensible a la presión.
- El dolor puede irradiarse hacia arriba o hacia abajo del brazo.
- A menudo, el dolor es peor por la noche o al despertar por la mañana.
Inflamación y rigidez articular
Puede presentarse una hinchazón leve o moderada en la zona del tendón afectado. Además, es común experimentar rigidez en la articulación asociada (hombro, codo, muñeca), especialmente después de periodos de inactividad o por la mañana. Esta rigidez puede dificultar el inicio del movimiento.
Limitación funcional del brazo
El dolor y la rigidez asociados a la tendinopatía del brazo pueden conducir a una pérdida de fuerza muscular y a una restricción significativa del rango de movimiento. Esto comúnmente dificulta la realización de actividades de la vida diaria, tales como levantar objetos, peinarse, vestirse o alcanzar elementos en estantes elevados, las cuales se tornan dolorosas o imposibles de ejecutar. De hecho, la discapacidad funcional resultante es un factor clave que impulsa a los pacientes a buscar atención médica y rehabilitación.
Diagnóstico en nuestra clínica
Un diagnóstico preciso es fundamental para establecer el plan de tratamiento más adecuado para tu tendinitis del brazo. En nuestra clínica, seguimos un proceso diagnóstico exhaustivo.
Exploración física y anamnesis
El primer paso es una anamnesis detallada. Te preguntaremos sobre:
- Tus síntomas: cuándo comenzaron, cómo es el dolor, qué lo mejora o empeora.
- Tu historial médico: enfermedades previas, lesiones anteriores.
- Tus actividades diarias: trabajo, deportes, hobbies, para identificar posibles causas o factores contribuyentes.
A continuación, realizaremos una exploración física del brazo. Esto incluirá:
- Inspección visual: Buscaremos signos de inflamación, enrojecimiento o deformidad.
- Palpación: Identificaremos los puntos exactos de dolor y sensibilidad sobre los tendones.
- Evaluación del rango de movimiento: Mediremos la movilidad activa y pasiva de las articulaciones implicadas (hombro, codo, muñeca).
- Pruebas de fuerza muscular: Evaluaremos la fuerza de los músculos asociados a los tendones posiblemente afectados.
- Pruebas ortopédicas específicas: Realizaremos maniobras concretas para provocar los síntomas y confirmar qué tendón o estructura está afectada (por ejemplo, prueba de Jobe para el supraespinoso, prueba de Cozen para la epicondilitis).
Pruebas de imagen (ecografía, resonancia)
En muchos casos, la anamnesis y la exploración física son suficientes para diagnosticar la tendinitis. Sin embargo, en algunas situaciones, o para descartar otras patologías (como desgarros tendinosos completos, bursitis, problemas articulares), podemos recurrir a pruebas de imagen:
- Ecografía musculoesquelética: Es una herramienta muy útil y accesible que nos permite visualizar los tendones en tiempo real. Podemos observar signos de engrosamiento tendinoso, inflamación, pequeñas roturas, o acumulación de líquido. La ecografía es dinámica, lo que significa que podemos ver el tendón mientras mueves el brazo. Es una técnica cada vez más utilizada en la práctica clínica para la evaluación de tendinopatías (PMC9149073).
- Resonancia Magnética (RM): La RM ofrece imágenes más detalladas de los tendones y las estructuras circundantes (huesos, cartílago, ligamentos). Se suele reservar para casos más complejos, cuando se sospecha una lesión más grave, o si el diagnóstico no está claro con otras pruebas.
Estas pruebas nos ayudan a confirmar el diagnóstico, evaluar la severidad de la tendinitis y planificar el tratamiento más efectivo.
Tratamiento de la tendinitis del brazo
El objetivo principal del tratamiento de la tendinitis del brazo es aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la función normal del brazo. En nuestra clínica, apostamos por un enfoque integral y personalizado.
Terapias manuales y movilizaciones suaves
La terapia manual es un pilar fundamental en el tratamiento de las tendinitis. Nuestros fisioterapeutas utilizan diversas técnicas, como:
- Técnicas músculo-energía y masaje: Para relajar la musculatura tensa alrededor del tendón afectado, mejorar la circulación y reducir el dolor.
- Técnicas de movilización articular: Para restaurar el movimiento completo y sin dolor de las articulaciones implicadas (hombro, codo, muñeca).
- Fricción transversa profunda (Cyriax): Una técnica específica sobre el tendón para reducir adherencias y promover la curación.
- Liberación miofascial: Para tratar las restricciones en el tejido conectivo que pueden estar contribuyendo al problema.
Las movilizaciones suaves y progresivas ayudan a mantener la flexibilidad del tendón y a prevenir la rigidez. La efectividad de las terapias activas en el manejo del dolor musculoesquelético está bien documentada, por ejemplo, en investigaciones de PubMed (PMID: 38425735).
Tecnología de vanguardia (Ondas de choque, láser, Sistema Súper Inductivo)
La tecnología utiliza diferentes formas de energía para promover la curación y aliviar el dolor:
- Laserterapia: Ayuda a reducir la inflamación, aliviar el dolor y acelerar la regeneración de los tejidos a nivel celular (PubMed:23335238).
- Sistema Super Inductivo: La estimulación mecánica obtenida mediante campos electromagnéticos pulsados (PEMFs) puede desempeñar un papel en el tratamiento de la tendinopatía y en la regeneración del tendón, aumentando la producción in vitro de TGF-β, así como la expresión de los genes de escleraxis y colágeno I (PubMed:26617513).
- Ondas de choque extracorpóreas (ESWT): En casos de tendinitis crónicas o calcificadas, esta terapia puede estimular los procesos de curación y romper depósitos de calcio (PubMed:33813913).
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP) para la tendinopatía del Manguito Rotador. El PRP es una terapia dentro del campo de la medicina regenerativa. Consiste en la aplicación de una concentración de plaquetas autólogas (del propio paciente) que liberan factores de crecimiento con el objetivo de estimular la reparación y regeneración del tejido tendinoso dañado (PMC8109792).
- Revisión sobre el Papel del Plasma Rico en Plaquetas (PRP) en Patologías del Manguito Rotador: Similar al anterior, este artículo más reciente (PMC11128950) (publicado en abril de 2024) revisa los datos de la literatura sobre el posible papel del PRP en diferentes patologías del manguito rotador. Se destaca como un tema de actualidad en la búsqueda de tratamientos no quirúrgicos.
- La fisioterapia invasiva ecoguiada representa un avance significativo en el tratamiento de diversas afecciones musculoesqueléticas, incluyendo tendinopatías. Esta técnica permite a los fisioterapeutas visualizar con precisión las estructuras afectadas mediante ecografía en tiempo real, guiando la aplicación de tratamientos mínimamente invasivos, como la electrólisis percutánea intratisular (EPI) o la punción seca, directamente al tejido diana. Esto mejora la precisión, reduce riesgos y optimiza los resultados en la regeneración del tejido y la reducción del dolor (PMC11242821).
La elección de la tecnología dependerá de la fase de la tendinitis (aguda o crónica) y de tus necesidades específicas.
Vendajes funcionales y Kinesiotaping
En algunos casos, pueden ser útiles los vendajes funcionales (como el kinesiotaping) o el uso de ortesis:
- Kinesiotaping: Cintas elásticas adhesivas que se aplican sobre la piel para dar soporte al músculo y al tendón, mejorar la circulación, reducir el dolor y facilitar el movimiento correcto.
- Vendajes funcionales: Pueden utilizarse para reducir la movilidad y controlar los movimientos temporalmente de la zona afectada y permitir que el tendón descanse y se recupere, especialmente en fases agudas o para protegerlo durante ciertas actividades. Por ejemplo, un vendaje funcional para fascitis plantar.
Estos elementos ayudan a reducir la carga sobre el tendón inflamado y a corregir patrones de movimiento incorrectos.
Programa de ejercicios y rehabilitación
Una vez que la fase aguda de dolor e inflamación ha disminuido, es crucial iniciar un programa de ejercicios y rehabilitación. Este programa será diseñado específicamente para ti por nuestros fisioterapeutas y tiene como objetivos:
- Recuperar la flexibilidad y el rango de movimiento completo.
- Fortalecer los músculos del brazo y del hombro para dar soporte a los tendones.
- Mejorar la resistencia y la funcionalidad del brazo.
- Prevenir futuras recurrencias.
La selección de la modalidad para la rehabilitación debe basarse en la fase de la tendinopatía (aguda o crónica) y las necesidades específicas del paciente, buscando aliviar el dolor y reducir la inflamación. Un programa de rehabilitación integral, que incluya ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, es crucial para recuperar la función y prevenir recurrencias (Dialnet:9134197). Estos ejercicios, adaptados a la fase de recuperación, ayudan a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la resistencia del tendón y de los músculos circundantes.
Estiramientos específicos para el brazo
Los estiramientos suaves y mantenidos son fundamentales para mejorar la flexibilidad de los músculos y tendones del brazo, antebrazo y hombro. Se te enseñarán ejercicios específicos para los grupos musculares implicados en tu tendinitis, como:
- Estiramientos para los músculos flexores y extensores de la muñeca.
- Estiramientos para el bíceps y el tríceps.
- Estiramientos para los músculos del manguito rotador y deltoides.
Estos estiramientos deben realizarse de forma controlada, sin provocar dolor agudo.
Ejercicios de fortalecimiento progresivo
A medida que el dolor disminuye, se introducirán ejercicios de fortalecimiento. Estos comenzarán con contracciones isométricas (sin movimiento) y progresarán a ejercicios concéntricos (con movimiento) utilizando bandas elásticas, pesas ligeras o el propio peso corporal. El objetivo es:
- Fortalecer los músculos que soportan el tendón afectado.
- Corregir desequilibrios musculares que puedan haber contribuido a la tendinitis.
- Mejorar la estabilidad de las articulaciones.
En el proceso de rehabilitación de las tendinopatías, es fundamental que el fortalecimiento muscular se realice de manera progresiva y bajo supervisión profesional para minimizar el riesgo de recaídas. El ejercicio terapéutico, y en particular el entrenamiento excéntrico, ha demostrado ser una estrategia eficaz para promover la recuperación y mejorar la funcionalidad del tendón afectado (PUBMED23669088).
Rutina de recuperación paso a paso
Te proporcionaremos una rutina de ejercicios detallada y personalizada para realizar en casa. Esta rutina se irá adaptando a medida que progreses en tu recuperación. Incluirá:
- Frecuencia y duración de los ejercicios.
- Número de repeticiones y series.
- Indicaciones sobre cómo realizar cada ejercicio correctamente.
- Pautas sobre cuándo aumentar la intensidad o la dificultad.
El cumplimiento de esta rutina es clave para el éxito del tratamiento a largo plazo.
Prevención y cuidados ergonómicos
Prevenir la tendinitis del brazo, o evitar que vuelva a aparecer, es tan importante como tratarla. Adoptar hábitos saludables y realizar ajustes ergonómicos puede marcar una gran diferencia.
Ergonomía en el trabajo y la vida diaria
La ergonomía consiste en adaptar tu entorno y tus herramientas para que se ajusten a tus capacidades y necesidades, minimizando el estrés físico.
- En el trabajo de oficina: Asegúrate de que tu silla, escritorio y monitor estén a la altura adecuada. El teclado y el ratón deben estar posicionados para evitar posturas forzadas de muñeca y brazo. Considera el uso de un ratón ergonómico o un teclado dividido si pasas muchas horas frente al ordenador.
- En trabajos manuales: Utiliza herramientas adecuadas y bien mantenidas. Intenta alternar tareas para evitar la repetición constante del mismo movimiento. Aprende técnicas correctas para levantar peso.
- En casa: Presta atención a cómo realizas las tareas domésticas. Utiliza ayudas si es necesario para evitar esfuerzos excesivos.
Higiene postural y micro-pausas
Mantener una buena postura al sentarte, estar de pie y realizar actividades es crucial. Evita encorvarte o mantener el brazo en posiciones incómodas durante periodos prolongados.
Realiza micro-pausas frecuentes si tu trabajo o actividad implica movimientos repetitivos o posturas mantenidas. Cada 30-60 minutos, levántate, muévete y realiza estiramientos suaves para el cuello, hombros y brazos. Esto ayuda a relajar los músculos y tendones y mejora la circulación.
Además, es importante realizar un calentamiento adecuado antes de practicar deportes o realizar actividades físicas intensas, y un enfriamiento con estiramientos al finalizar.
¿Cuándo acudir al fisioterapeuta?
Es recomendable que acudas a un fisioterapeuta si experimentas alguno de los siguientes síntomas en tu brazo:
- Dolor persistente que no mejora con el reposo o medidas caseras (hielo, analgésicos de venta libre) después de unos días.
- Dolor que empeora progresivamente.
- Dolor que interfiere con tus actividades diarias o te despierta por la noche.
- Pérdida de fuerza o limitación significativa del movimiento en el brazo.
- Inflamación visible o enrojecimiento en la zona afectada.
- Si has sufrido una lesión aguda en el brazo.
Un fisioterapeuta podrá realizar una evaluación exhaustiva, ofrecerte un diagnóstico preciso y diseñar un plan de tratamiento personalizado para tu tendinitis del brazo. No demores la consulta, ya que un tratamiento temprano suele llevar a una recuperación más rápida y completa, evitando que la condición se vuelva crónica.
Preguntas frecuentes (FAQ) sobre tendinitis del brazo
- ¿Cuánto tiempo tarda en curarse la tendinitis del brazo?
El tiempo de recuperación varía según la gravedad de la tendinitis, la cronicidad, el tendón afectado y el cumplimiento del tratamiento. Las tendinitis agudas pueden mejorar en pocas semanas, mientras que las crónicas pueden requerir varios meses de rehabilitación. Es fundamental ser paciente y constante con el plan de tratamiento. - ¿Es necesario dejar de hacer todas mis actividades si tengo tendinitis?
No siempre es necesario un reposo absoluto. A menudo se recomienda un «reposo activo», que implica modificar las actividades para evitar los movimientos que causan dolor, pero manteniendo un cierto nivel de actividad para no perder demasiada fuerza y movilidad. Tu fisioterapeuta te guiará sobre qué actividades son seguras. - ¿El hielo o el calor son mejores para la tendinitis?
Generalmente, el hielo se recomienda en las fases agudas (primeras 24-72 horas) para reducir la inflamación y el dolor. Se puede aplicar durante 15-20 minutos varias veces al día. El calor puede ser más útil en fases crónicas o antes de realizar ejercicios para relajar los músculos y mejorar la flexibilidad. Consulta con tu fisioterapeuta para saber qué es lo más adecuado en tu caso. - ¿La tendinitis del brazo puede volver a aparecer?
Sí, la tendinitis puede recurrir si no se abordan las causas subyacentes (como movimientos repetitivos, mala ergonomía o desequilibrios musculares) y si no se completa adecuadamente el programa de rehabilitación. Por ello, la prevención y el mantenimiento de los ejercicios y hábitos aprendidos son cruciales.
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Fisioterapeuta con una notable experiencia y formación. Me dedico a cada paciente con una mezcla única de pericia técnica y empatía humana.